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Ensayos y política - 01 de Enero de 2004

Presupuesto Nacional

El FMI y la misma cantaleta
Presupuesto-Nacional
El curioso que con sólo querer alcanzar la juridicidad y la legitimación del poder, quitando algunos enquistamientos del pasado reciente, se pueda concentrar tanta adhesión de un pueblo que seguirá clamando infructuosamente por mejorar su calidad de vida. Esto se puede observar claramente con el actual presupuesto nacional que prioriza la actividad exportadora, abandonando al mercado interno y su permanente recesión, y la posibilidad de un plan viable que se corresponda a la creación de nuevas y genuinas fuentes de trabajo. Algo de aumento en la educación y en asistencialismo, parece ser el basalto que se quiere agregar a la gran cantidad de pozos ciegos que afectan al 52% de los habitantes del país.

El 10.5% de inflación sugiere aumentos de tarifas en un contexto de haberes congelados.

La hegemonía conseguida en los últimos años, tuvo a la pobreza como rehén incondicional y necesario para ganar elecciones, dado que ese fue uno de los grandes objetivos de los distintos gobiernos, que permitió el fortalecimiento del privilegio de la clase dirigente y su correspondiente enriquecimiento.

Los actuales resultados comiciales nos permiten ver las mismas caras que participaron en la destrucción del estado, pero eso sí, con grandes cambios de maquillaje ideológico conforme a circunstancia. Ellos, que formaron parte del modelo neo-liberal, ahora reprueban la devastación que éste produjo sin mencionar que se constituyeron, durante aquellos años, en los grandes defensores del despojo y partícipes de la corrupción estructural.

Ahora el camino se ha allanado gracias a la falta de oferta opositora.

Los mismos de siempre vienen por más, disfrazados de ovejas populistas, matizadas con un barniz discursivo de argentinidad avasallante, prometiendo equidad y justicia, cuando bien sabemos que ambos platos de la balanza se vuelven desparejos a la hora del juicio de la verdad y en la aplicación de la ética que suele acompañar el reclamo de los que menos tienen. Si no observemos lo que le sucederán a nueve millones y medio de compatriotas, quienes verán cercenados sus aportes en las AFJP, como también los que invirtieron en títulos públicos; a todos ellos se les hará una quita a sus ahorros del orden del 75%. Aunque la mayor vergüenza de la negociación de la deuda externa es respetar a rajatabla el 100% del capital e intereses del FMI y del Banco Mundial, entidades que no verán mermar un ápice de sus acreencias. Si a todo este despropósito se le agrega el rumor que viene circulando, que consiste en la restitución de los amparos que han sido cobrado por aquellos que fueron beneficiados en dictámenes judiciales, debemos considerar que estamos en presencia de la peor expropiación del Estado Nacional, transgrediendo impunemente el orden jurídico.

Los tiempos que se avecinan generarán mayor desempleo, menor inversión y ahorro, más planes de jefes y jefas de hogar y un gran deterioro del consumo interno. Cabe mencionar que el 65% de la población carece de aportes jubilatorios.

En definitiva, seguimos sumergidos en los desquicios del corporativismo partidista, blandiendo estandartes de promesas que únicamente volverán a estabilizarse en ellas mismas (es decir, en promesas), sin la resultante de la acción democrática, que, una vez más, es el camino residual que hoy nos ofrece una dirigencia caduca, rancia y en franca aceleración de descomposición.
Adolfo Vaccaro, escritor argentino | mensajes@adolfovaccaro.com.ar | 2002 - 2024 | Textos disponibles en el sitio: 594