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Ensayos y política - 09 de Mayo de 2010

En Argentina, todo igual

En-Argentina,-todo-igual
Argentina ha ingresado a una etapa de descomposición institucional, donde el poder mantiene idénticos comensales sentados a la misma mesa, negociando cómo continuar ejerciendo las medidas hegemónicas del partido Justicialista - Kirchnerista. Una derivación de la pseudodemocracia instaurada desde 1983.
Se gobierna a decreto "limpio". El congreso oficia de museo. Por propias incapacidades y deslealtades mandantes que fenecen en hambrunas cadenas de indolencia programática. Se discute si existe inflación, proponiendo términos economicistas, mientras la egestad sumerge el llanto visceral sobre matorrales infectos, olvidados en carroña de hacinamientos escondidos entre falaces estadísticas.
Por eso, no llama la atención observar a neoliberales entreguistas, neofeudalistas oportunistas, festejantes defaultistas, infames devaluacionistas y los actuales setentistas - parece que ahora la historia esclavista depende de frases oportunistas -  apoyando y compartiendo la proverbial y notoria mirada "progresista" del ex presidente Néstor Kirchner. La supina incapacidad de no saber que hacer con el excedente fiscal - producto de la sustitución de exportaciones y cambios favorables en la recaudación impositiva - y que ha llenado de miles de millones de billetes las arcas del banco Central, limita con las cuestionadas razones del fascismo, tan vapuleadas en los discursos oficiales. El temor al aprovechamiento de esos mismos punteros políticos que supieron conseguir y la falta de organicidad, los limita a dar un magro subsidio a los menores de edad que están debajo de la línea de pobreza. Algo parecido ocurre respecto a eludir bajar la tasa del impuesto al valor agregado - la más alta del continente - en los productos de consumo básico de la canasta familiar, para nivelar la desigualdad entre los que más y menos ganan. Pero sucede que el ministro de economía (Néstor), teme que los empresarios no modifiquen los precios e incorporen ese margen de rebaja a sus ganancias. La secretaría de comercio, prodiga el fundamentalismo que no condice con la realidad de los que menos poseen. Toda una miscelánea de disfraces incrédulos que no atiende los rugidos y los bolsillos de la patria.
El estado - que en un reciente pasado entregó todas las fuentes energéticas del país a manos extranjeras, lo mismo que el 10% del territorio nacional, la minería, la pesca y reembolsos siniestros - ha creado una sociedad anónima de capitales mixtos, para ver si puede regular en el futuro el excesivo precio de los servicios que llegan al consumidor, y que fue instaurado por el monopolio de las petroleras multinacionales. ENARSA, aún no sabemos con qué capital va a contar para desenvolverse competitivamente en un mercado multimillonario. Además, por falta de claridad en sus cláusulas constitutivas, algunos legisladores piensan que se corre el riesgo que a mediano plazo puede entregarse la plataforma continental a empresas privadas. Resulta sugestivo lo que sucede en Malvinas con petroleras anglosajonas que son apoyadas por las mismas entidades negociadoras que intervienen en el canje de deuda. En definitiva, no sería nada más que lo mismo de siempre. Otra espuria acordada política.
Por último, cabe hacer mención del cínico discurso de la primera mandataria, cuando se refirió con duros términos a la política desarrollada por el FMI - hoy tratando de procurar nuevas fuentes prestatarias -. Durante su gobierno ya se ha pagado 10.000 millones de dólares a las entidades financieras, dándoles el privilegio de respetarles el 100% de la deuda,  sabiendo que gran parte de ella es ilegal, ilegítima y fraudulenta. Es decir, que esta ha sido la administración que más pagó, sobre todo negociando el default que aún tenemos, pretendiendo disimularse con la comercialización de bonos que fueron condenados a no ser canjeados - en su momento - y que ahora  se les va a dar curso por pertenecer al amiguismo y entidades bancarias que favorecen a intereses corruptos.
Será por eso, que en Argentina, los infames a sueldo son los únicos beneficiarios, y siempre ganan los juicios que tienen con el estado. A no ser que pertenezcan a otra corriente ideológica. El absurdo de los opuestos son beneficiados por una declaración jurada que está bien amparada por los jueces funcionales al ejecutivo.
Adolfo Vaccaro, escritor argentino | mensajes@adolfovaccaro.com.ar | 2002 - 2024 | Textos disponibles en el sitio: 594