Adolfo M. Vaccaro Sitio oficial

El advenimiento Kirchnerista ha recomenzado su verborrea agonística, dilapidando espadas y blasones tratando de mantener el oprobio que mancille la evidencia. La detención de cuatro personas en los Estados Unidos, ajustada a la delación del personaje a quien se le secuestró la valija con 790.500.- dólares en un avión rentado donde viajaba en compañía de un funcionario argentino, ha colocado en primera plana al gobierno nacional, dado que ese monto de dinero iba a ser utilizados para la campaña electoralista a cargo de la primera mandataria.
A cuatro días de gestión del actual Cleopatrismo, se ha vuelto a votar a favor de los superpoderes, haciéndonos creer que seguimos en estado de emergencia económica, mientras que esa postura no se contradice permanentemente con lo discursivo. Argentina es el segundo país que más creció en el PBI en la región, luego de Panamá. Sin embargo, los conflictos con el sector agropecuario no cesan, debido a que las retenciones por las exportaciones han aumentado un 8%, estableciendo un total de 37% que queda para el Estado, impidiendo, en consecuencia, inversiones que logren promover mayor  rentabilidad y productividad. Hoy, el conflicto también se ha extendido a los tamberos  quienes solamente embolsan $0.78 por litro de leche, cuando hace poco se les abonaba $0.83, mientras el actual ministro de economía explica que se trata de promover a la industria de los lácteos¿?.
La CGT(confederación general del trabajo) a cargo de Hugo Moyano, ha expresado disconformidad con las primeras medidas tomadas por Cristina Fernández, y su gremio – el más importante  – promete, si no hay cambios, un paro de transportistas, es decir, paralizar el país.
Lamentablemente, este es el cambio que no cambia, conforme a las palabras de la actual presidenta. El continuismo de seguir disfrazando la inflación que incide en la canasta familiar y en las estadísticas dibujadas de pobres e indigentes, dado que si éstas se evaluaran con seriedad, habría que incrementar los actuales números en un 12% más de lo que nos dicen las autoridades del INDEC de Kirchner.
Nuestro país se ha convertido en la comarca del subsidio. La falta de políticas desarrollistas para incrementar las inversiones en el campo; establecer industrias que le den un valor agregado a las explotaciones; comenzar acciones de infraestructuras que nos saquen de la agonía energética, y otorgar seguridad jurídica para que no todo dependa de lo que se le ocurra hacer al poder ejecutivo, conforme a sus intereses hegemónicos.
Los tiempos que estamos perdiendo son irrecuperables. El consumismo mundial está soplando de cola y nosotros continuamos varados en corruptelas, antagonismos sectoriales y políticas emparchadas de cortoplacismo.
Venezuela nos ha prestado setenta mil millones al 9%. Y, si bien nos hemos desligado – por un tiempo – del FMI, debemos recordar que la tasa en iguales circunstancias, hubiera sido del 3.5%. ¡Buenos Negocios!
Los próximos reajustes en los servicios, perjudicará a los casi descartados del sistema (recordemos que el trabajo en negro llega al 40%), siguiendo la línea de aumentos en el transporte público, y ya la escasa clase media ha tenido que abonar un ajuste del 25% en la salud privatizada. 
Por más que se enfatice sobre los nuevos programas educativos, de poco sirve si no se aborta el flagelo del hambre. Un niño desnutrido que tiene más de cinco años de edad, nunca podrá alcanzar el beneplácito de una cultura terciaria. Sus condiciones neuronales quedan rezagadas para toda la vida.

NO SE OLVIDEN. TODOS LOS DÍAS MUEREN QUINCE NIÑOS DE HAMBRE EN ARGENTINA.