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Ensayos y política - 06 de Agosto de 2006

Argentina ejemplar

Argentina-ejemplar
El presidente ha dicho:  La desocupación ha bajado el 1.7% respecto al mismo mes del año pasado. Es decir, nuestro mandatario y su ministro del área, han recorrido todo el país tocando puerta por puerta y así poder establecer tales afirmaciones. Seguramente, luego nos dirán cuántos pertenecen en negro y qué cifras conforman los amparados por beneficios sociales, como la constitución manda, debido a que el Dr. Néstor Kirchner es muy apegado y respetuoso de nuestra ley de leyes. Mire cómo será la cosa que él mismo cuenta cada uno de los pobres e indigentes que existen en nuestra sociedad, pudiendo así establecer índices exactos de desamparo estadual, lo cual no le permite dormir por las noches, revisando si existe algún error en sus listas personales. Nuestro gran conductor es un vigía permanente de la desnutrición infantil y de las condiciones en que viven los caídos del sistema. Resulta ardua su labor de recorrer cada recóndito lugar y ver lo que les pasa a treinta y ocho millones de compatriotas. Es por eso que se aumentó el sueldo, aunque nadie lo comprenda, excepto aquellos que conforman los distintos estamentos gubernamentales conformados por colaboradores de confianza, que se desviven por mejorar la distribución equitativa de la riqueza, emanada del presupuesto nacional y disponiendo discrecionalmente de partidas para combatir el flagelo económico que descarta a gran parte de su pueblo. Entonces, debemos convenir que nadie mejor que él sabe cuánto debe ser el salario mínimo, vital y móvil de los trabajadores, ponderándolo con sus propios haberes y los de su gabinete humanístico, a sabiendas que los sueldos recibidos por él y su esposa determinan que pueden vivir perfecta y holgadamente con $1.600 mensuales.
Nadie conoce mejor que nuestro primer mandatario la bonanza que disfruta la clase pasiva y la maravillosa existencia que se ejerce en los geriátricos de toda la Nación, dado que los supervisa uno a uno para evitar cualquier irregularidad que se pudiera producir con los ancianos. Esto se llama Política de primer mundo, donde todas las ideas y acciones confluyen en el bien común sustentado por su exagerado sentido de justicia. Será por todo esto que la competencia de cada juez es digna de su cargo y la aplicación de las leyes garantizan el bienestar ciudadano, pudiendo estar cada uno de nosotros en cualquier lugar sin percibir la ingrata sensación de miedo por la inseguridad. Fíjese cómo están dadas las circunstancias que nadie del entorno presidencial precisa de custodias ni de vehículos blindados. Todos caminan por la calle, libremente, y viven en casas o departamentos sencillos sin rejas ni personal de vigilancia. Los establecimientos carcelarios gozan de gratas comodidades, las celdas son individuales y provistas de lo necesario para el interés del reo. Esto permite al delincuente reeducarse y salir preparado para reinsertarse prontamente en la sociedad y conseguir inmediatamente un trabajo digno que le permita vivir honestamente. Anteayer me tropecé con un individuo que tenía libertad condicional y me comentaba la eficiencia del seguimiento realizado por el juez a su cargo. Luego, al ver que tiré una cajetilla vacía de contenido, se acercó a un quiosco y me obsequió un atado de cigarrillos.
Da gusto ser parte de esta democracia pluralista dedicada a resolver prioritariamente el problema de los mandantes, y aunque la actividad congresal haya mermado por falta de proyectos de leyes a tratar - por irnos a todos tan bien -, sin embargo los legisladores asisten al desempeño de sus funciones los cinco días de la semana, a quienes encontraremos en el despacho atendiendo a los ciudadanos durante catorce horas diarias, y las comisiones han declinado frente al bienestar que goza cada compatriota. Resulta proverbial el buen manejo de las relaciones con los países vecinos y el desmesurado intercambio comercial con nuestros socios del MERCOSUR.
Deberíamos pensar que lo que vemos por los distintos medios, son inadaptados reclamando causas sin sentido, solamente para desestabilizar todo lo bueno realizado por el gobierno. Las vacas comen bien, la gente se nutre con carne vacuna, la producción crece y los alimentos están a precio regalado, igual que los medicamentos. Las coberturas médicas están abarrotadas de afiliados; el PAMI funciona de maravilla; los centros asistenciales poseen todo tipo de insumos; los policías nos sonríen en las calles, refrendando en cada gesto lo extraordinario de sus haberes percibidos. Los que cometen actos ilícitos no pueden evadir la justa sanción. Los deudores hipotecarios no han padecido ni sufrirán ningún remate y los ahorristas que quedaron acorralados recuperaron sus ahorros. No existen abogados que pidan, al secretario del juzgado, diferir causas judiciales en perjuicio de su cliente y en beneficio de quien lo corrompe. El riachuelo y la costanera albergan a miles de bañistas durante el estío. Prácticamente no existen usuarios de armas, dado que únicamente las poseen los que practican tiro, coleccionistas y fuerzas de seguridad. Los pibes y la juventud tienen una formación educativa de avanzada y pueden divertirse sin consumir alcohol o drogas. Las construcciones edilicias, en casi su totalidad, tienen salida de incendio y las municipalidades no permiten ninguna trasgresión debido a su vigilancia permanente para que nada, fuera de las normas, desencadene en hechos delictivos. En Argentina hace mucho tiempo que hemos concluido con el cohecho y los negociados espurios. Nadie compra votos ni realiza campañas proselitistas millonarias. La pobreza no es funcional a la política y la independencia jurídica es incuestionable. Todo es cristalino gracias a los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial, ya sean nacionales o provinciales. Debemos dudar de los que siguen pidiendo la entrega de documentos y pruebas alojadas en el servicio de inteligencia estatal, respecto de los atentados a la Embajada de Israel y AMIA. O quienes se convocan manifestando en favor de la falta de seguridad, utilizando las fotos de sus victimados ¡Qué horror!. Son meros panfletistas carecientes que desean infirmar las instituciones de la república que viven inmersas en la problemática de la gente. Creo que los excedentes de sueldos y salarios percibidos por todos nosotros, deberíamos destinarlo a promover mayores impuestos a favor del estado y así demostrar la conformidad de nuestros niveles de conciencia. ¡Qué maravilloso es compartir y distribuir generosidad! Tenemos redes ferroviarias que cubren todo el territorio nacional; rutas sin que nos expolien por medio del peaje; petróleo y productos petroquímicos a total disposición; el manejo absoluto de nuestros excedentes energéticos; la creciente explotación de la industria minera e íctica; y el total control estratégico de una política de Estado, incapaz de subvencionar corporaciones, empresas privatizadas, entidades bancarias, punteros advenedizos y gobiernos provinciales de estructura partidaria. Necesitamos de otra cumbre para demostrarle al mundo que somos coherentes con nuestro accionar y con aquellas ideologías que convalidan la grandeza de un país llamado Macroargentina.
Adolfo Vaccaro, escritor argentino | mensajes@adolfovaccaro.com.ar | 2002 - 2024 | Textos disponibles en el sitio: 594