ALERTA MEMORIA
Algo pasó. Algo nos sucedió y casi no nos dimos cuenta. Es que un vuelo de paloma es tan efímero e imperceptible, que nadie suele su ausencia.
Las primeras de la bandada fueron ultimadas un 16 de Septiembre de 1945. Y las últimas han sido asesinadas durante la década de los 70.
La naturaleza del mundo se sostiene a través de la cohesión. La cadena orográfica que se une por medio de los brazos ventosos y los hielos eternos. El ondulante cardumen que transita los abisales confines. Las migratorias aves que afrontan, en perfecta escuadra, prodigándose al cuidado de su especie. Las nómades manadas que enfrentan el riesgo de sobrevivir en un ámbito hostil y salvaje. Los yuyos y los cañaverales que engarfian sus unidas raíces para resistir las torrenciales lluvias, tornados y sequía. Las nubes que devuelven brisa, granizo y aguaceros. Los insectos, que se adueñaron de este mundo hace milenios, mucho antes que naciera el hombre para comenzar a destruir su propio universo.
Y el pueblo empezó a resignarse.
Cambió cohesión por coerción. Fue entregándose tibiamente al tirano de turno.
La década infame. Los golpes militares. El fraude legalizado. El autoritarismo. La represión. La intolerancia. El Fascismo. La guerrilla revolucionaria. El patrioterismo a rajatabla. El proceso de reorganización nacional. Las montoneras resoluciones, y estos últimos 50 años de gobiernos entreguistas, han provocado la disgregación de una nación que no alcanza a vislumbrar una salida libre, justa y soberana.
Si entre los habitantes de un país no existe cohesión, es decir la capacidad de amalgamar acciones y conciencia, es inminente que los esbirros de turno nos sigan encarcelando la voluntad y la esperanza, vendiéndonos al mejor postor. Y esto no es solamente un alerta. ES UN ULTIMÁTUM.
Es el comienzo para eliminar definitivamente la coerción y emprender, de una buena vez por todas, la cohesión que se promulga con el sentido solidario.