La arena llueve
sobre los conos grises
y el cristal invierte
la anunciada partida.
El pasar enmudece
su dilema
diseñando el atrio
de la entrega.
El estertor acuña
paisajes de aire
impregnando óleo
en el destierro.
Madero por cabecera
vestirá su cuerpo
y ojeras
de palpitar olvido.
El gen de la entrega
hundirá aquel luto
y en solemne voz
anidará otra arena.