Cuando el bálano emprenda el recorrido
Por tus labios vulvares dilatados,
Sofrenaré mis ansias de salvaje
Para contemplar tus senos nacarados.
Encabritarás de indómito deseo
Hasta quebrar tu pelvis reptiforme,
Balbucearás palabras que no escucho
Que son eco de un diapasón enorme.
No cesarán tus muslos galopantes
Hasta destronar la fálica conquista
Y así pedir el cálido tributo
Del esperma, que a tu ser me enquista.
Te sentarás de espaldas en mi carne
Separando tus glúteos encrespados,
Me albergará la noche más oscura
Que propicia tu esfínter estacado.
Se quedará en las sábanas de enlace
El resto de este loco desenfreno
Y anidará tu mano empecinada
El hierro candente de mi sexo.
Envolverá tu boca seductora
Los latidos de la púrpura cereza
Hasta encontrar tu lengua despuntada
El bálsamo que beberás intensa.