Estoy aquí,
colocándome zapatos de fantasma,
que construyen sobre un marco
la palabra
renacida del hartazgo.
Estoy aquí,
mientras sugiere dedos la alborada
y en la insondable ausencia
de mi habla
la cobijo en visión escrita.
Aquí estoy,
entre maquillajes del inmoto cuerpo
que inventa figuras engañosas
como foto,
sentenciando el otro somos.
Aquí estoy,
transitando en pescante de vidriera
las pasiones de un olvido
subrayado
desvelando su condena.
A medida que estoy en nuevo estando
habito mi ración de entrega,
agotando sobre el tiempo
de tu espacio
la virtual fuga que antes fuera
cuando apriete
la sombra del espejo.