Un argumento reposa en el calmo río
zambullendo idea de cauce profundo,
tornándola entrega.
Se desplaza en frases la suave corriente
prodigando redes,
sutil pensamiento que surge adecuado
al caudal continente.
De repente,
los rápidos dispersan palabras
chocando las piedras que son de su vértigo.
La costa cercana ya no puede asirlas,
pues la correntada ofuscó las reglas.
Volver no se puede.
La cascada impone el cruel anatema
quebrando el sentido lo que antes tuviera.
La sílaba,
el grito de inhumano arraigo
lucha por subir el acuífero salto.
Un final de espuma convierte el acento
en un arco iris,
lejano argumento
dónde el río manso sólo era reposo.