El amor se sucede
en la acuífera espiral conjunta
subyacente al prehistórico deseo
cuando el suspiro es ocupado.
En poros seculares
se destina diagrama, potestades
sumergidas en ahogos descifrados
sobre contiendas enardecidas.
El palafito genera
su arrogancia encumbrada
sobre la abisal dueña de oquedales
emplazando la fatua imagen.
Y, destiñe fluidos,
albores de aromas encantados
en un pliegue de alas dormitadas
cobijando el grito del amparo.