Cuando la flor de cardo alcanza la total madurez, su color cardenal comienza a apagarse y da paso a los vilanos. Y es en ese momento cuando estos filamentos, que coronan el fruto, son transportados por el aire buscando solamente el transcurrir de sus juegos en libertad. Y los niños le preguntan. ¿panadero, trae pan?.
A veces la semilla de la fecundidad está anexada como emblema de una próspera cosecha y un concierto de manitas tratan de atraparla esperando alcanzar el premio de los sueños, igual que anémonas que flirtean en los vaivenes de las corrientes marinas, eludiendo caracolas y cardúmenes de colores.
Ayer dos vilanos fueron arrancados del sendero de los vientos por un ogro de hierro que no entiende de promesas. Y los lápices, y los cuadernos, y los libros del mañana fueron descuajados junto al llanto del cielo conmovido sin que la secuencia de vida se inmutara. Y el gran maestro lloró en el Puente Velez Sarsfield cuando dos almitas buscaban su alborada.