Reverdecido el cruento estigma
se disgrega en calladas inconciencias,
la petrificada compasión
moviliza el postulado falaz
como emblema de pasiones
fenecidas.
Y la semejanza injuria el poseso
vestigio que fragua los placeres
desatando testimonios infaustos,
convergiendo en el remanso absolutorio.
Descuajando su visión de pertenencia
en la infracta expresión evolutiva.
el espíritu sumerge vacuidades
y la sanción enarbola jueces
disfrazados de irreversa sentencia,
diagramando el estallido funcional
de la contienda
ajustándose al código del tiempo
avasallado.
Títeres de papel desatan
la insuficiencia de lo nuestro
elaborando un paisaje de escaños,
mancillando el traicionero despojo.
Escuela instalada en raíces formativas
desahuciadas y míticas
por la sujeción virtual del todo vale.
Y el botín promete nuevos hálitos
que dejamos conseguir.