Las luces lentamente se van adormeciendo. El lienzo blanco atrae expectante la atención de la gente. La magia se enciende y un silencio profundo envuelve el ámbito de un recinto inquietante. Los albos, los negros y los grises conforman figuras semejantes a nosotros proponiendo argumentos sorprendentes y el mundo de la fantasía decanta los misterios indelebles.
Unos ojos tiernos e inocentes se entremezclan con la mirada dura y arrogante de esa forzada pareja. Una segunda hija es entregada, conforme a las costumbres de una época, al viudo cuñado de la misma para acompañarlo en el periplo por el sur de Italia, haciendo de partenaire de sus espectáculos callejeros demostrando el poder de su tórax capaz de romper eslabones de cadenas. Los sonidos del redoblante, ejecutado por las frágiles manos de la niña, propician la improvisada iniciación de la función, que aprendiera a costa de castigos y arduo sacrificio.
La miserable vida de estos figurados trashumantes se mixturan con las sencillas ensoñaciones de la protagonista que es deslumbrada por la magia de ese loco circense que pasará como una ráfaga trágica en su vida. Ese loco iniciaba su carrera actoral en este film, para luego transformarse en el comandante de ese submarino atómico que invadió nuestros hogares por la pantalla televisiva e integrante de esa exitosa serie unitaria: 'Viaje al fondo del mar'; nos estamos refiriendo a Richard Basehard.
Usted se preguntará adonde quiero llegar por medio de este colage inconexo. Ya hemos ingresado a 'La Strada'...........en la conmovedora interpretación de Giuletta Masina y en el estupendo trabajo de Anthony Quinn. Pero hay algo más maravilloso todavía, y es el despertar de un genio inigualable como director de la cinematografía mundial. Me estoy refiriendo a Federico Fellini, quien comenzara su carrera, casi improvisadamente, con un film estrenado en 1942 'Los caballeros del desierto'. Luego vendrían 'El Sheik', 'Los inútiles', 'La Strada' (Con la cual gana el Oscar a la mejor película extranjera en 1956), 'El farsante', 'Las noches de Caribia', 'La dolce vita', 'Ocho y medio', 'Julieta de los espíritus', 'Toby Dammitt', 'Satyricón', 'Roma', 'Amarcord' (Ganando su cuarto Oscar), 'Casanova', 'La ciudad de las mujeres', 'E la nave va', 'Ginger y Fred', 'La entrevista' y por último en 1989 'La voz de la luna'.
En 1993 recibe su quinto Oscar en Los Angeles, en mérito de su carrera.
El 31 de Octubre del mismo año innumerables procesiones recorrieron los acólitos recintos de la iglesia Santa María de los Angeles. Y a medida que rostros compungidos retornaban del camino del definitivo destierro, una bandada de palomas sobrevolaban la fuente de Trevi presagiando el sendero de la trascendencia infinita.
A Federico Fellini, a 81 años de su nacimiento.