Me pierdo en la cúspide del tiempo...mientras el fermento de la música convierte a mi cuerpo en sublimes compases..cadencia de mis piernas que se entrelazan con las tuyas...taconeo...paso...contrapunta...mano izquierda que te abre en gajos...como la breva madura...
Tu cintura se enrosca al ritmo de los deseos...fértiles corcheas que tus senos ofrecen...puntiagudos roces del enjambre que recorre...junto al giro desandado, que tus muslos me anteponen...
Mejilla tersa que entrega el sinfín de sus rubores...fiel estirpe milenaria que naciera en los tambores...negro estigma fusionado con los cantos del esclavo...candombe desentrañado, que en 2x4 conchabo...
Corrida...ochos...sentada...lento o ligero resguardo, que te entrega aprisionada...libertades compartidas...sollozos de madrugada...sonrisas de amor vertidas, en las mullidas almohadas...
Hembra y varón que prodigan, en un tango sus placeres...lamento de bandoneón, que acurruca a los quereres...melodías de entrevero...leyenda de unos puñales..transitando el universo vas mostrando tus caudales...
Porque naciste orillero, te piantaste a Barrio Norte...recalaste en el Monmatre, con Arolas dando corte..luego Hollywood...sus salas, consagraron a Carlitos...y en medio de tanta gala, Medellín parió su mito...
Hoy el mundo te abre puertas...callejón de mi arrabal...prolongando el vendaval de sus figuras disueltas...perennes...vivas...abiertas...como el alma del zorzal.