Los necrófilos continúan caminando protagonismo con pretensión de quinta en San Vicente, monumentando el pasado, tratando de esconder el simulacro de sus infamias. Solamente, algunos mayores y ancianos recuerdan aquella época de bonanza, hoy desvestida ante el pueblo por los dueños de los artilugios que se constituyen en un poder que carece de conciencia. Aquellas premisas Justicialistas - Independencia económica, Soberanía política y Justicia social - han caído en la antípoda, dado que ninguna tiene vigencia en Argentina.
La devastación del Estado-Nación, por parte de los distintos gobiernos de facto o seudo democráticos, alcanza niveles que superan el despropósito. Miles de millones de dólares de endeudamiento con las entidades financieras extranjeras, han generado una nueva clase de ricos traidores - llámense fuerzas armadas, representantes sindicales, empresarios, políticos e inversionistas propios y extranjeros - que han victimado a cientos de miles de compatriotas olvidados en tumbas y desaparecidos, ya sea por mandato y traición de los Estados Unidos - Operación Cóndor y Guerra del Atlántico Sur - o por omisión, aunque a todos les cabe el rótulo de genocidas, por más que no aparezcan los cadáveres en el lecho de los ríos, por más que se niegue la responsabilidad que tuvieron y tienen nuestros mandatarios de haber "ejecutado", por medio de la pobreza, a muchos más hermanos que los que asesinó la tiranía de los 70'.
Mientras, en la provincia de Misiones, el gobernador Rovira impone por medio de amenazas y persecuciones el proyecto de un laboratorio, donde los cobayos de la mayoría parlamentaria tratan de modificar la constitución, mediante el plebiscito del terror, que le permita gozar de la reelección indefinida destruyendo el sentido republicano. Esta prueba, está apoyada por el gobierno nacional, fomentando el éxito de dicha gestión para luego generalizarla en todo el territorio nacional. Es decir, que la soberanía política se convertirá en un absolutismo de carácter mesiánico. ¿Y la justicia social?. Está dentro del contexto con que se han designado los superpoderes, pudiendo sobornar a todos los funcionarios nacionales, comunales y provinciales con partidas presupuestarias. El camaleón ideológico está a la orden del día. Gran parte de la oposición se ha convertido en oficialista para conservar sus cotos de privilegios delegados por el ejecutivo. En consecuencia, la corte suprema y los demás estamentos jurídicos son hombres funcionales mirando al sudeste, a medida que el delito se manifiesta irresoluto de arriba hacia abajo, creciendo de forma alarmante y en complicidad con las fuerzas de seguridad, que además de participar se encargan de establecer un espionaje masificado que comprende a periodistas, opositores, empresarios y cualquier hijo de vecino que se pronuncie en contra de este unitarismo.
El infando discurso se torna insoportable y la imagen luce féretros que todavía no lograron su descanso, debido a que nadie a podido recuperar la lucha por las masas sumergidas en el siniestro abismo de los flagrantes despojos.
Dos occisos vivientes serán trasladados a un panteón definitivo, construido con los impuestos ciudadanos, aún de aquellos que juntan cartón durante la madrugada para llevar el mínimo mendrugo a sus ruinosas casas. Dos emblemas - según muestran las pancartas de estos últimos cincuenta años - serán ingresados al culto del fraude instaurado por los hipócritas de turno. Uno de ellos, sin sus manos, y el otro, restaurado luego de haber sido ultrajado post mortem.
Será, quizá, la última mención la que mejor nos identifica en el paso por la historia, muy a pesar de aquellos escasos prohombres que dieron su vida por la patria.
Q.E.P.D. ..........ARGENTINA.