Luego del gran defalco estatal, promovido y ejecutado por la clase política, un golpe popular - apoyado por las fuerzas armadas - se produjo cuando promediaba el segundo lustro del inicio del tercer milenio. El gobierno transitorio se constituyó en triunvirato, formado por el General Rubén Signa, el premio Nobel de la Paz, Guillermo Corsiglia y el representante del movimiento popular, Ricardo Souto. La idea primordial consistía en pacificar al país; establecer una nueva Corte de Justicia y detener a todos aquellos que se habían enriquecido de manera espuria. De los distintos juzgados fueron cambiaron los principales responsables que favorecieron al poder político de turno, con decisiones en contra de la cosa pública. Empresarios, banqueros, dirigentes de las distintas confederaciones del trabajo, senadores, diputados, intendentes, magistrados, concejales, gobernadores, aduaneros, ministros y todo malversador que hubiera tenido participación en el despojo, tuvieron un juicio justo. La mayoría, como correspondía, fueron encarcelados en presidios comunes, sin opción a ningún privilegio.
El triunvirato decidió constituir una Universidad capaz de formar políticos de excelencia, mediante la elección de individuos capaces de adquirir un total conocimiento en las ramas del arte y de la ciencia., debiendo, además, rendir como final una rigurosa tesis ante el comité de ética.
Recién, transcurridos ocho años, Felipe Culaciatti logró alcanzar los objetivos que lo convertirían en el primer Policdoctor egresado de la Universidad. Únicamente le faltaba presentar la tesis. El comité de ética lo conformaba, como era lógico, Signa, Corsiglia y Souto.
Una tarde, Felipe, le propuso a los tres ir a cenar a un hotel de cinco estrellas, sito en la zona del retiro.
A la hora de los postres, Culaciatti ofreció una importante suma de dinero para ser aprobado en el examen de ética.
Los representantes del triunvirato le exigieron mayor remuneración. El acuerdo fue inmediato.