Los cromagnones del poder siguen victimando a quienes consideran sus inmediatos inferiores: los neandertal. Es evidente que el proceso evolutivo, sigue dotado de coimas, ineptitudes, corrupción y falacias, representado por clanes privilegiados, apostados en el reservorio de la estafa organizada y permanente. Estos descastados indolentes, cambian incapacidad por renuncia, siguiendo la escala de mando, haciendo que el verdadero responsable permanezca en su sitial, diagramando alguna nueva línea de subterráneo, que le permita justificar su incompetencia y esa manifiesta pobreza de gestión.
Ciento noventa y un gorriones, fueron arrancados de su vuelo y su futuro. Sus almas sólo valen indemnizaciones y algún discurso carente de conciencia. Mientras, el hijo cromagnon se solaza en Colegios costosos, clubes de primer nivel, paseando en vehículos de última generación, por los barrios acomodados de la City, y yendo a boliches exclusivos, diseñados para nuevos cromagnones.
El camino de la evolución dicta sus normas, refrendadas por quienes aseguran su insoportable continuismo inmundo de injusticia, desigualdad e impericia. Parece que de los estamentos gubernamentales, hace tiempo desapareció el homo sapiens.