En los unos
existe la pupila similar de la conciencia,
que entrega en expresión
la bondad de su entereza.
En los otros
se reúne la observancia de qué somos,
y distancia por sorpresas
sin saber que nos revelan.
En nosotros
un pulso de mirada se torna sentimiento
por el espacio de Lelouch
Clown de Dios y su Bolero.