Cuando la mente películas itera
y el abanico eleva recuerdos,
fantasmas prodigan movimiento,
en un siendo tiempo de raciones.
Cuando la mente dicta sus guiones
sobre plasma endecha pantanosa
fecundando gumíferos amores
es letanía verdad del mismo vamos.
Cuando la mente dilata madrugadas,
surco y viento descubren nidales,
sanciones de areníficas cañadas
como paso advenedizo ensimismado.
Cuando la mente belígera desdeña
su discorde preámbulo en agonía
y el umbrío bemolado elato alerta
transmigra insenescente nuestra vida.