En el entretejido visceral del silencio
donde se destrona mentiras ilustradas,
acuden aburando entrañas ajenas
ausentes de mí, y de un alma citerea
que albergó beleños de provecta trama
sobre beáticos dioramas infirmados
por el gregal dislate del presente,
ajustando la clavija en apetencias,
ilusorio mentor de provechos hacederos
donde el propio trastorna el plasma
de la visión derrotada del nuestro.
Allí retestina el valor fingido
secuenciando sofismas iterados.
Y, nuevamente, el visceral silencio
encallece cada sobra del pasado
mientras el paso muere sobre huella
impidiendo el andar del vamos.