El primer aspecto a tener en cuenta es que la forma concierto presenta, desde épocas de Corelli, una alternancia entre el solista y la orquesta o tutti (que aplica a todos los movimientos)
También, etimológicamente significa: Concierto procede del verbo concertar (componer, ordenar, ajustar). Puede tratarse del convenio entre dos o más personas.
Para mi modesto entender, llevado al plano de la fémina, es la caricia tersa y suave que suele recorrer interpretativamente la brisa melódica y pasional que nace del amor, como único solista que deposita la luna y la noche en un teclado de curvas sonoras, sutiles y hasta con el margen de silencio que emana entre cada suspiro. En la cadencia al final de cada movimiento, se debe establecer una técnica natural conforme a sus gustos y capacidades.
El concierto es un manifiesto caritativo, en donde no se incluye la especulación.
La mejor partitura se elabora con el todo indiviso que prodigan dos cuerpos, estableciendo el ritmo del caudal compartido en una gota de sudor, mientras estalla el ahora en un mismo siempre.