Adolfo M. Vaccaro Sitio oficial

Recuerdo una frase de Honoré de Balzac que expresaba: "Es más fácil quedar bien como amante que como marido; porque es más fácil ser oportuno e ingenioso de vez en cuando que todos los días". Durante años fui fiel discípulo de ese pensamiento, dotando a mis aposentos de tersas pieles envueltas en tizones de seda. Pude descubrir que, si bien las formas y maneras suelen naturalmente asemejarse, cada fémina es un universo en sí misma. El trayecto hacia la intensa agonía placentera, me permitió establecer que cada selva, prado o estepa recorrida, escondía un pentagrama, dispuesto a ser ejecutado por medio de diversos argumentos clásicos.
Comenzaré con aquellas que fueron sinfonía. Su definición nos dice que se trata de una composición musical concebida para ser interpretada por una orquesta y que consta de tres o cuatro movimientos de larga duración con cierta unidad de tono y desarrollo. En el terreno de la intimidad diría que se trata de un manifiesto integral donde cada movimiento forma parte de un todo indiviso, entrelazando al tiempo y el espacio en magnitudes armónicas de tonalidades placenteras, mientras el allegro, el scherzo y el rondó cabalgan a libre complacencia.
La pasión de cada instante goza de absoluta insenescencia, debido a que podemos entregarla al diseño original de cada ser de exclusiva o variada pertenencia.