Música,
secreción talámica
ingresando al compendio
de la sensibilidad profunda
augurando renacer,
prodigando presente
en dilemático futuro.
Música,
expresión mayúscula
donde el arte reivindica
sabedores e inexpertos
acumulando camino
por diferentes matices
conjugándose en el todo.
Música,
eslabón de la cadena
que se sujeta en vivencia,
preso tablado de compás
y gramófono que acciona
el pentagrama sin tregua
entre diversos estilos.
Música,
en la adultez adolece
el fruto pariendo siembra
recalándose entre ritmos
sobre poro de emociones
que elucubra en su placenta
un sinfín de sensaciones.