Hoy quiero escribir un cuento referido a Navidad
que se hagan realidad los sueños del pensamiento
por el fiel advenimiento del Cristo de la Verdad.
Recorrería este mundo en un millón de trineos
sometiendo al devaneo, dando paz al iracundo
y a nuestro suelo fecundo lo vestiría de arriero.
Niño pobre de mi tierra que el alimento precisas
correré a tus pies de prisa, llevando pan a la sierra
o al lugar donde te aferras y elevarte en la caricia.
Recogería las armas que asesinan indefensos
y en un hoyo muy extenso, representado en su magma
destruiría esta alarma que nos mantiene tan tensos.
¡Qué las manos se endurezcan homenajeando al trabajo!
que el insalubre destajo, de muchos, desaparezca
y que el patrón se estremezca dando valor al de abajo.
Devolvería al saludo y a la risa en manifiesto
destronando al circunspecto que camina tras del muro
mutilando el más oscuro resabio de su intelecto.
Buscaría un campo abierto de aulas y facultades
sabio bastión de verdades, en cerros o en el desierto
que se comprenda lo cierto y evitar inequidades.
Que un gran halo de intuiciones me haga rocío de estrellas
idearía la más bella corriente de vibraciones
para que en Dios te eslabones con cada una de ellas.
Crearía gratuidad para el acceso hacia el arte
sanidad sin contraparte, hospicios de integridad,
medicina de verdad que no descarte una parte.
Y que un club llamado “chico”, de los que poco se habla
sea Campeón en la tabla superando al taura rico
y que deje de ser pico de lo que tanto se ensambla.
Hoy quiero escribir un cuento referido a Navidad
que se hagan realidad los sueños del pensamiento
por el fiel advenimiento del Cristo de la Verdad.