Otoño,
hojarasca que cruje de nostalgia
cuando en ausencia aviénese el paseo,
cambio abismal que el tiempo de la ausencia
torna moroso su recuerdo.
Todo conflicto renace
nunca muere,
adeudando la visita de su boca
creando partitura y sentimiento
sobre el peldaño dónde el alma se sostiene.
Ilusión,
bendita sensación irresoluta
que encierra en su mirar la tarde breve,
magnífico saber que te poseo
sin rostro ni deseo.