Quién estará restándole adehala al bolsillo de mi hermano.
Quién prodigará residuales bolsas al pan de mis hijos.
Quién cerneará el moribundo ánimo en la ruta sin destino.
Quién trocará señuelos por redituables biblias infecundas.
Quién sostendrá con rejas el curso de almas desquiciadas.
Quién morirá de a poco en el amanecer del miserable.
Quién fomentará la apostasía de una patria sin banderas.
Quién fenecerá en cortezas sin suelo, sin techo ni esperanza.
Quién compilará fracasos seculares sin atisbo de conciencia.
Quién esgrimirá el apículo del aquelarre y sus falsos profetas.
Quién festejará con llanto el devenir de los apátridas.
Quién nimbará su realeza sin consenso ni presencia.
Quién se hará cargo del esfuerzo y del trabajo vanos.
Quién reconocerá las cenizas de los cuerpos aún con vida.
Quién recitará incólumes proyectos desprovistos de verdades.
Quién se endilgará eternidades, ofertando su incomprendida estulticia.