¿Quién sería Dios sin nosotros?
¿Qué ilusión demandaría su existencia?
¿Dónde hallaría sus prejuicios omnipotentes,
omniscientes, omnímodos, omnividentes?
¿Cuánto om restaría la palabra ausente?
¿Qué razón suscribiría su sentencia?
¿Qué castigo merecería su clemencia?
¿En qué inmensa galería, libros e imágenes
mostrarían su paso por la vida eterna?
¿Cuál sería el Dios que alberga el infinito,
dirigiendo su oración a otro Dios imaginario?
¿Sería razón de extraños absolutos
en un absoluto vertiente de la nada?