No puede existir Patria cuando la angurria del todo está conformada por el 10% de los dueños del privilegio y el 20% de postulantes que aspiran sucederles. Las víctimas de la abundancia del otro, únicamente comparten la comarca de abolengos trashumantes, que han perdido la idea del futuro y de ese arcaico sentimiento llamado Patria. En realidad, nadie conoce alguna Patria que se encuentre viviente en la faz de la tierra. Pero eso, poco importa. El hambre es ceguera y la necesidad, desconocimiento. Esta realidad, que contiene al 70% de nuestra población territorial, se imbrica con aquella falacia que expresaba impracticables bondades: Justicia, Libertad y Soberanía.
La práctica del mejor sistema de gobierno conocido, llamado Democracia, se ha constituido en la trampa de la excusa amparada por leyes orgánicas de fácil discurso y ejercicio soslayado. El mundo nos muestra la devastación provocada por parte de los más importantes jerarcas promotores de este indiscutible sistema, quienes tratan de administrar los destinos de una humanidad, cada vez más acotada en términos civilizados.
Las aspiraciones que esgrimen ideales, provocan andanadas autoritarias y nuevos principios denominados “antiterroristas”. A la dignidad se la somete con dinero y a las ideas emancipadoras con sofisticado armamento.
Es probable que sentirnos patria no sea nada más que un sentimiento en busca de identidad, que se halla en la entelequia más cruel que constituye nuestra vida.
La cobardía de no juzgar lo peor de nuestros actos del presente y del pasado; la ceguera recurrente de existir a costa de la muerte de los otros; alimentarnos vorazmente con las vísceras de los hambrientos; alcanzar la excelencia del conocimiento a costa de la ignorancia del que no puede desarrollar su inteligencia; asesinar al que no sabe ni puede defenderse con las mismas armas que se emplean, componen un presagio de vasta intolerancia, incapaz de vislumbrar los mínimos estados de conciencia. Y si no hay noción del valor ético-moral que establece la equidad, nunca se podrá comprender que existe un semejante.