Acontecer del día
que en ojos abiertos
da mi bienvenida
al milagro de vida.
Carretel y aguja
devanando el huso
en cada respiro
su plan regalado
por trama y diseño
de inquieto albedrío
justo y renovado.
Son las regalías
de haber renacido
en tierra y deriva
la gracia del darme.
Causal remanente
que apela vestigio
su casualidad
de tiempo y madeja,
cambiando la queja
en honda verdad.
Yace entre sorpresa
el bien de saberme
sangre transitando
negada a su muerte,
y en urgente sombra
se anida el remanso
del nuevo tenerme.
Vórtice y enjundia,
amor y entereza,
límite del mundo
prodigando manos
que devuelven luz
al pago baquiano
de la altiva danza
siguiendo mi paso.