En lid de silencio el poder se debate
renegando su póstuma razón de amor
evaporada.
De orgullo se viste la impericia,
destronando su fusión de abrazo,
devastada.
El vapor temporal diluye la aguja
precipitando manantiales fuimos
indivisos.
El dolor excusa su voz de entrega
revelando huellas en un volver
vencidos.
La senda se embrutece de sequía
buscando germinar en intento
disecado.
Mientras, la contienda anuncia
su obsecuencia en el estamos
infractos.
La ineluctable creación de sueños
ha yermado el pináculo bastión
vivífico.
Y entre tu ausencia y mi esencia
surge la umbría desintegración
inerme.