El amor, posibilidad buscada, verdadera,
cántaro proyectando atavismo perfectible
devenido en manantial espejismo,
proclamando emergencia viviente
sin reparos ni consecuencia opinable.
El amor, sucesión irrepetible
sobre llagas fecundas delirantes
cuando el haber esquiva pasado
sorprendido en hoy resucitado
por ley luciente de universos.
El amor sacia la angustia contenida
entre polvo de ayeres contemplados
en diorama exposición de un todo
tramando al alma empecinada
por airada sujeción durmiente.
El amor, cual inmoble sentimiento
ajusta la clavija de dos seres
programando su partícula naciente
en un todo indiviso luminoso
que no entiende delirios soslayados.
El amor es razón prolongada
activando el ansia del instinto
y un halo suspendido en infinito
que grita su canción de estando.