Yo te regalo un día de por vida
para andar senderos que cobijan
trabajo, fatiga, nuestro proyecto
uniendo cada sorbo en su caudal.
Una sonrisa escrita dónde guardes
en tu diario la narración secreta
con diseño emanado de horizonte
y alborada renacida en dimanar.
El ramaje del abrazo es infinito
como canto a párpado aleteando
tierna mirada en luz de atardecer,
puesta de sol de beso sobre el mar.
Para recordar la razón del siempre
el palpitar abrigará su tierno vuelo
improvisando el anhelo de sabernos
porvenir cosechando en el amar.