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Ensayos y política - 11 de Febrero de 2008

Pungueando

Pungueando
La industria del pungueo crece propalando etiquetas de made in Argentina. Punguea el rosedal palermitano al padre de familia travestido, mientras la pebetada a la matina infla viscosos globos de placeres. Punguea el abanicar con la coima del semáforo o haciéndose el gil donde la menesunda se vende. Punguea el gendarme ablandado por el mishio del ragú. Punguean embajadores y cancilleres con franquicias automotrices del mistifiqueo. Punguean años solfeando cana malandras, violadores, estafadores, políticos y faloperos a cambio del mita y mita. Punguea la percanta entrada en abriles, junando el morfi y la baturé del rancio cafishio que la va de bacán en el estaño fulero. Punguea el cartonero mugreando calle y casilla. Punguea el que le dan 150 mangos tratando de trepar apoyando al puntero cafiolo de la estafa. Punguean las líneas aéreas dando servicios de cuarta a los gringos que la juegan de turistas. Punguean los que compraron el 10% de las tierras por escasos morlacos. El estado punguea currándote el 21% del consumo, sin diferenciar indigentes y adinerados de buque sin marcada, mientras los pibes de unos y otros se matan con el chupe y el paco para alcanzar el desbande que se continúa en sus taperas y mansiones. El PBI punguea el 37% a quienes exportan y curran a los que no logran sostener una zapie en la villa. Se punguea con el pescado, con los minerales, con los famosos 500 millones de palos que nadie sabe dónde pestañean. Se Pampurea Lavagnando odios y votos al pedo para agregarle beneficio a la torta del pungueo. Se punguea en cada declaración jurada, en el choreo antisocial de la CGT gordinflona, en los micros, favores oligárquicos, entrega de servicios estratégicos, en la ilusión del tren bala – cuando solamente nos quedan 7.000 hilómetros de ramales, habiendo perdido 40.000 de ellos, sepultando a ochocientos pueblos como carroña de bártulos y sueños perdidos en el espiante. Se punguea el poder de turno, con acuerdos que dirimirán mayor falta de marroco para los que menos tienen. Se punguean candidaturas para conjugarse en el balurdo del simulacro, relacionados con el INDEC, afectando los índices de real mishiadura solapada en lo discursivo, como producto de la inoperancia y del afano legalizado, donde todos van asociados a su buena tajada. Se punguea en la Haya por una causa perdida, debido que la coima fue superior a la que les ofrecieron a los yoruguas. Se punguea con el chamuyo del riachuelo, mientras los fiambres se cuentan en silencio y las fábricas siguen pudriendo las desembocaduras y las pútridas aguas del Río de la Plata. Se punguea con los recursos para la seguridad de la ciudad autónoma, mientras los vecinos aportan más guita en impuestos, entre diatribas de iguales chorros con distintos intereses. Te Skankagan con cohechos; salchiteándote en maletas de Wilson; con sobreprecios en obras públicas que se corresponden a la infraestructura del De Vido pungueo; el solapado arreglo con el Greco – que no es pintor –, a medida que vamos relojeando el tampón íntimo – a modo de fajo - de la pendeja Miceli.
Se punguea en el Fútbol – deporte de mayor raigambre nacional – disfrazando contratos, contratando barras bravas que cuentan con los mismos privilegios que los directivos y el poder político para hacer cachuelos. Se punguea con la salud, devastando centros de hospitalarios y otorgando papelitos matutinos para enfermos terminales, que no pueden conseguir su droga por falta de presupuesto. Se punguea en la universidades que han perdido líneas, horizonte y mandatos. Todos quieren el aceite para corroborar sus principios que nada tienen que ver con la excelencia y la cultura.
Las pibas y las jovatas se pelean por punguear a algún chabón que las clave a ambas.
Y la crisis económica y financiera mundial – que según los incapaces dicen que no nos afectará ¿Recuerdan tenemos piloto automático? – en el termino de seis meses nos punguerá lo poco que pudimos conseguir, a pesar de los tránsfugas e ineptos.
De sotovoche te parlo bajito. Con atorro funca la justicia dejan en liberti al que tiene decenas de causas, currando el morlaco que ponen los puntos, dando el visto para que tu vida entregue dos mangos de dura porfía. Somos, Colombia. Otarios sin FARC ni Monto recuerdo que alude la mierda del pañuelo blanco sobre catedrales.
Por eso han puesto a la grela – no se considere una descalificación machista – es solamente para que no nos duela cuando nos rompan el tujes.
La coherente dualidad de la política nos dará en bandeja la zabiola de Duhalde.............y.......se viene. Es la misma historia del mismo pungueo del nunca acabar.
Adolfo Vaccaro, escritor argentino | mensajes@adolfovaccaro.com.ar | 2002 - 2024 | Textos disponibles en el sitio: 594