Adolfo M. Vaccaro Sitio oficial

Cargué en el baúl
las cuentas de nuestro pasado
y mientras el taxi trasponía
la cuadra de vida
el caño de escape desovillaba
humaredas sin retorno.
a modo de invisible cizalla.
El adiós paralizado
escayoló su nuca
de incólumes destierros,
hacia el siempre.
Roté mi andamio
de encallecido paso
circulando el espasmo
de haber sido
una voluta de amores derramados,
en el consenso que alberga
razones de agonía perimida.
El tiempo batalla la imagen derrotada
y el silencio me apresa
en la bohardilla
donde nunca renace su mañana,
por un vesivilo acusando espacio,
frente al fausto dolor,
porción de cortejo
que sanciona ilusoria y despojada 
grisallas de laberintos sofocados,
pronunciando estampillas sin respuesta.
Y el blanco papel
volando por las cumbres
es recogido por la rapiña hambrienta
devolviendo silenciosa espera.

Mientras, deshechos recovan recuerdos.