¡Ah! Perverso recuerdo de esperanza y muerte
¿Por qué no puedo en olvido infirmar su ausencia?
¿Qué dolor es eufonía vertiendo compás de espera
cuando diluvian mis ojos su razón de existencia?
¿En qué acidalia vertiente se anidará el azabache
volviendo dogal tu trenza de martirio y sangre?
Si en un suspiro de rezo encontrara la palabra
que sostenga en beso la savia de la nostalgia.
Si en un perdón pudiera eliminar lo marchito
retoñando inmarcesible el compendio anhelado
y la inmanencia detuviera la voluntad del sino
donde la forja dictara en ley la nueva senda,
un relámpago rasgaría el umbroso abismo
prodigando renacer sobre el espejo,
refractando la oronda latitud de un todo
sepultando nuestra inverniza alborada.