El horizonte espera detrás de los ojos,
desierto y fantasma
sediento de huellas
dónde la imagen se espacia
y la maldición no cesa.
Estigma de besos que alberga el vacío,
renuencia y deseo
anidan mi pecho de impávido olvido
que nace en su siembra.
Voces…….y más voces
sujetan arena,
manantial de ilusiones
que ofrecen retornos
en vana cosecha.
Y la noche gira su senda de abismos
negada en ausencia
por sombras que inmolan
sus labios de tizne
fuera de mi puerta.