Soy parte del cuadrar, así nacido
para esgrimir en frase la sentencia,
mitad blancor, de origen manifiesto
mitad color, sujeto al demandante.
Mi cuerpo añade en ambas manos
buscando alcanzar el cometido,
dedos que van tentando la mirada
que merezca una razón apetecida.
Más tarde, el viento me hace alado
hasta caer en un lugar cualquiera,
dónde la tinta se deshoja a suela
anunciando el destino estipulado.
Veré llegar cansado al cartonero
desdeñando valor a mi presencia,
luego, la lluvia ablandará el papel
que ofreció en volante su existencia.