Desde que el sueño comienza a ser pregunta,
yo le pregunto por el sueño de mi pachamama.
Por el sueño que soñaba siendo surco,
cuando a mis uñas sus frutos entregaba.
También al sueño le pregunto sobre aquello que soñaba,
cuando el hombre y las vertientes no tenían en vilo mi mañana.
-Ya no hay estrellas- me dices,
-y el sueño de ese sueño, sueño fue.
Sólo el fragor silente que arrebata,
en su vórtice sin sueño, agua y sed.
Y aún te pregunto, infausto sueño
¿Qué sueño se arroga la muerte de mi sueño?
¿Qué orfandad descuaja el sueño de mi ser?